Hacia una épica minimalista. Las pequeñas conquistas construyen un gran reino.

jueves, 15 de septiembre de 2011

El rollo de las etapas

Dicen que en la vida vamos pasando y quemando etapas. No se dice tan habitualmente que cada uno va a su ritmo, claro, pero para cada edad toca una serie de actividades y responsabilidades. Nada que nadie no sepa. Cumplir con esas expectativas es siempre duro y con el paso de los años, quizás tras muchas frustraciones y decepciones, uno va tomándose las cosas de otra manera. O estaría bien que así fuera. Tampoco está uno seguro siempre de si hace lo que quiere o lo que se espera de él. Una cuestión interesante, sin duda. Pero en general tengo bastante claro que cuanto menos le importa a uno responder a las expectativas que la sociedad, los padres, los amigos o quien sea ponen en él, casi tanto mejor. Mayor bienestar a mayor pasotismo. Y eso no significa necesariamente ser vago e irresponsable, sino llevar la vida que uno quiere. A esa conclusión se llega cuando te das cuenta de que nunca tendrás a todo el mundo satisfecho y apenas has hecho lo que tú realmente has querido. Y eso si no es que, como yo, te pasas la vida buscando lo que realmente quieres. Por eso siempre aplaudo muy sorprendido los que lo tienen tan claro. Y si no fuera también porque en realidad sí nos importa lo que piensen los demás si queremos contar con su apoyo. Y demasiado nos importa, porque los queremos. Y cuando no son unos, son otros, porque siempre hay alguien a quien quieres ganarte. Impepinable, somos interdependientes, necesitamos que alguien nos apoye.

Esta semana, por circunstancias que no tengo ganas de explicar pero que son totalmente casuales, esta siendo realmente extraordinaria para mi. Lo cual me lleva a la reflexión de "a ver cuanto dura..." Entiéndase "extraordinario" por lo que literalmente significa, es decir, que me están ocurriendo o hago cosas que no son nada habituales en mi vida. Y obviamente, como sugiere también la palabra "extraordinario", son experiencias que considero positivas. ¿Podría decir entonces que comienzo una nueva etapa? Quien sabe, ya no me gusta ponerme trascendente cuando creo que el más allá es solo una necesaria fantasía, un pico anímico para darse un buen colocón de vez en cuando. Cada uno tiene sus fantasías, no voy a entrar en eso. Además, como ya me he explicado esta historia unas cuantas veces, me recordaré que el mundo ordinario es a lo que más firmemente me puedo aferrar. Al fin y al cabo, puesto que la rutina es de la que no puedes escapar del todo, también es bueno no olvidarse de que también es en la que siempre te puedes refugiar. Y digo refugiar porque el mundo ordinario es también el mundo hogareño, con sus constantes y su familiaridad llena de fastidios entrañables y sin sorpresas. He aprendido demasiado bien que si se te olvida tu rutina o te alejas demasiado de ella es fácil que cuando quieras volver a ella ya no puedas o te sea terriblemente difícil.

Mejor no acostumbrarse a vivir en las alturas, que las personas no estamos hechas para volar. Y aunque paradójicamente todos necesitemos volar, también es mejor no perder nunca de vista la tierra por si fuera necesario un aterrizaje forzoso.

1 comentario:

  1. ¡Fantástico! Parece que esta semana está destinada a que vivamos cosas agradables, porque a mí también me está pasando.

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