Un gran profesor y un gran hombre dicho pronto y rápido como decía él. Siempre que me veía se preocupaba por cómo me iban las cosas y me puso en contacto con mi profesor de tesina. Todo un acierto.
Supongo que la muerte de su mujer el año pasado y el cáncer que llevaba arrastrando desde hacía años pudieron definitivamente con él. Muchas gracias Paco porque aun con cáncer te recuerdo tu jovial sonrisa y tu enérgica y combatiente expresión como abanderado de izquierdas. Los interesantísimos seminarios y discusiones en clase sobre política y verdad, el revelador artículo de Hannah Arendt y tu actitud siempre atenta y solícita a la vez que dura. Decías que nos había tocado vivir y ver solo tiempos políticos de mierda. Y una vez te reíste de mi camiseta de Copacabana alabando mi espíritu joven.
Eso es lo que yo recuerdo de ti. Sin duda orientaste mi rumbo e influiste en mi. Por eso merecer aquí un espacio.
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