Hacia una épica minimalista. Las pequeñas conquistas construyen un gran reino.

sábado, 1 de octubre de 2011

Un envolvente retorno festivo



Chris Isaak, cuyo apellido es mi nombre tocayo (si es que algo así existe), sonaba ayer en mi coche cuando volvía de fiesta de Molins de Rei. Yo con cuatro amigos en silencio absoluto (lo cual conociéndolos es casi imposible) durante tres minutos por la autopista completamente vacía a las 5 de la madrugada. He viajado muchas veces con música a solas, pero con la compañía silenciosa de mis amigos, el momento se hizo algo bastante épico, digno de ser inmortalizado. Esta es la dedicatoria que le hago a esos dos minutos.

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