La pregunta del día es: ¿morir en plena gloria, en el apogeo de tu éxito, o exprimir hasta la última gota de tu talento en la decrepitud de la vejez?
No me refiero a una muerte real sino a un renunciar, abdicar cuando aun todo el mundo te ve como el mejor, como sería el caso Guardiola.
Creo que es cobarde decir adiós por miedo a no poder mantener tu fortaleza y talento si haces lo que te gusta. Aunque bien pueda ser que lo mismo que te llevó a la cumbre, pueda hacerte caer al abismo. ¿Solo es codicia si se trata de dinero y si no lo es lo llamamos ambición?
¿Cuanta más alta es la subida, más grande será la caída? Dos caras de la misma moneda.
Sin cierta soberbia solo nos resignamos a la mediocridad.
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