Cuantos disgustos no nos ahorraríamos los hombres si dejásemos de pensar con la entrepierna. Pero a algunos supongo que les funciona. Hoy he rectificado a tiempo. Solo soy un tipo que busca llevar una vida sencilla y con bienestar con la gente. Y no hay nada más difícil.
Mi cabeza es una locura que siempre me da problemas, a menudo irreales que yo acabo cumpliendo, pero también me da soluciones, las mías, y sé qué es lo más sensato y racional para mi. Pero estas decisiones no me hacen feliz porque son cobardes a ojos de todos y limitan mi prosperidad. Podría decir: "Ojalá mi historia hubiese sido distinta" pero eso sería quererme muy poco. Cada día veo que ser así, cobarde, sensato y prudente es lo único que me mantiene vivo y bastante estable. Al precio de perderme en esta vida grandes pasiones, felicidad supuestamente de verdad que rehuyo inconscientemente porque me complica, me mantengo solitario para poder controlar y minimizar mejor mi sufrimiento y relacionarme con los demás intentando no esperar demasiado para no decepcionarme. Y así mantengo mi independencia y libertad a pesar del desamparo. Escucharme y obedecerme entonces es mantenerme fiel, ser coherente y fuerte, cuando de verdad me siento realizado porque al menos cumplo lo que pienso. Las réplicas que me invitan a ser diferente, que son las voces de los otros, siempre tienen verdad y razón, pero no es mi verdad, ni mi razón. A mi no me funcionan por muy bien argumentadas que estén, simple y llanamente, y he aprendido a ser práctico si quiero sobrevivir en este mundo. Aunque ello implique mentir y no seguir siempre un camino honrado. La única manera que conozco para funcionar y obtener ciertos éxitos, es verme y relacionarme con los miserables. Mi inteligencia es mi mayor don, lo único que me ha destacado de la mayoría. Solo se puede valorar de verdad la riqueza desde la pobreza. Solo me he fiado de verdad de aquellos en cuyos ojos y palabras he reconocido mi dolor. Y cuando prosperan dejan de interesarme: se emancipan de mi vida. Y voy a dedicar mi oficio a estar con personas que sufren igual o más que yo esperando encontrar un consuelo y sentido en esta vida ayudándolas a ellas. Mi legado es hacer de puente, el mejor. Ya lo he hecho y seguiré haciéndolo. Y así es como llego a los 24 cada día con menos esperanzas de ser algo que nunca llegaré a ser, una fantasía colectiva que no es para mi ni es la mía, tan solo esperando ser lo suficientemente fuerte para aceptarme del todo. Y solo así, completamente aceptado, conseguir mi verdadera fortaleza. Y podré decir que he tenido una vida plena porque habrá sido a mi manera.
Este blog quiere demostrarme que yo encajé cada golpe a mi manera y seguí adelante.
En fin, que queréis, tres horas después de escribir esto me doy cuenta de que es martes. Pero hoy he comenzado un nuevo proyecto para recuperar la fiesta mayor de mi barrio. Y será a mi manera.
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