Hacia una épica minimalista. Las pequeñas conquistas construyen un gran reino.

sábado, 11 de febrero de 2012

Entre el ser, el desear y el actuar

"- No siento ningún deseo de estar entre los hombres, mañana. He estado fingiendo que soy un hombre libre... Que nada anda mal en el mundo [...]
Cuando era joven tuve que escoger entre la vida de ser y la vida de actuar. Y salté a la segunda como una trucha sobre una mosca. Pero cada uno de tus gestos, cada acto, te ata a él y a sus consecuencias, y te obliga a actuar otra vez, y otra vez y otra vez. Y es muy raro, entonces, que encuentres un espacio, un momento de tiempo como éste, entre acto y acto, en el que puedas detenerte y simplemente ser. O preguntarte quién, a fin de cuentas, eres tú. [...]
- Nosotros, los hombres.
- ¿Cómo?
- Por un desmesurado deseo de vida.
- ¿De vida? Pero, ¿es malo acaso querer vivir?
- No, pero cuando ambicionamos poder sobre la vida, riqueza inagotable, seguridad inexpugnable, inmortalidad... entonces el deseo se convierte en codicia. Y si a esa codicia se suma el saber, sobreviene el mal. [...]
- Una sola cosa en el mundo puede resistir a un hombre malvado de corazón: otro hombre. En nuestra vergüenza está nuestra grandeza. Solo nuestro espíritu, que es capaz del mal, es también capaz de dominarlo.

Es desolador encontrar esperanza allí donde uno confiaba encontrar certeza."

La costa más lejana, de Úrsula K. Le Guin

1. La vida de ser no tiene ningún beneficio para nadie.
2. La vergüenza es nuestra mayor humillación, porque es también nuestra única herramienta para reconocer nuestras limitaciones.
3. Un desmesurado deseo de vida se traduce en una vida de sufrimiento por alcanzar ideales inalcanzables. ¿Cómo alcanzar un nivel de deseo o activación óptimo para realizar cualquier propósito?

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