Metálico y rojo por fuera
Voluble y quebradizo por dentro.
El hombre latón lacera con odio.
Una dentadura mellada,
una mirada turbia,
opulencia hueca.
Tu cuerpo está envenenado.
Molesta ya verlo venir.
El hombre de latón,
Viejo rancio sin remedio,
enfundado parece gran señor,
un humilde campesino derrotado.
Desenvainado, chucho rabioso,
muerde a amigos y a enemigos,
no entiende la diferencia.
Hombre de latón maldito.
Mal forjado, sin temple,
no quiere tener señor,
y no es señor de sí mismo.
Destruye la disidencia,
y se edifica en falsa gloria.
Atormentada su alma
con sangre de heridas
que no sabe evitar.
Hombre de latón
es hombre infeliz.
Desprende y desprende,
y es abusado por los taimados.
Hombre triste, hombre rico,
tú pena no es tu ignorancia,
ni tu negación a saber,
sino tu incapacidad para escuchar.
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