Hacia una épica minimalista. Las pequeñas conquistas construyen un gran reino.

lunes, 27 de junio de 2011

El Enano Fénix

"-Soy culpable de un crimen mucho más horrendo.- Dio un paso hacia su padre-. Nací. Sobreviví. Soy culpable de ser un enano, lo confieso. Y por muchas veces que me haya perdonado mi bondadoso padre, siempre he persistido en mi infamia.
- Esto es absurdo, Tyrion -declaró Lord Tywin-. Habla del asunto que nos ocupa. No se te está juzgando por ser enano.
- Ahí es donde te equivocas, mi señor. Se me ha estado juzgando por ser enano toda mi vida.
- ¿No tienes nada que decir en tu defensa?
- Solo una cosa: Yo no lo hice. Pero ahora me gustaría haberlo hecho.- Se volvió para enfrentarse a la sala, a aquel mar de caras pálidas-. Me gustaría tener veneno suficiente para todos vosotros. Hacéis que lamente no ser el monstruo que creéis que soy, pero así es. Soy inocente y sé que no voy a conseguir justicia.
[...]
 Apuró el vino, tiró la copa a un lado y empezó a cantar a voz en grito.

Anduvo toda la urbe
y bajó de su colina,
por callejones y escalas,
para ver a su querida.
Era un tesoro secreto,
su alegría y deshonra.
Nada es torre ni cadena
si hay un beso que trastorna."

George R.R. Martin. Tormenta de espadas
 

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